El caso de José Miguel Castro, exgerente municipal de Lima y colaborador clave en el juicio contra Susana Villarán, ha dado un giro inesperado ⚡. Un informe de Medicina Legal, al que accedió Perú21, reveló que las heridas en el cuerpo de Castro no se ajustan a la hipótesis de un suicidio, sino que podrían tratarse de un homicidio.
El documento de 14 páginas, elaborado el 30 de junio de 2025, describe una herida en el cuello de 27 cm de largo, 5 cm de ancho y 4.5 cm de profundidad, una incisión tan violenta que dejó expuestas arterias y ligamentos 😨. Según el criminólogo Miguel Pérez Arroyo, el corte fue “limpio” y resulta poco creíble que Castro se lo haya provocado a sí mismo.
Aunque los forenses precisaron que la calificación de la muerte corresponde a la Fiscalía, las evidencias plantean serias dudas. La Policía Nacional mantiene que fue un suicidio, pero aún faltan pruebas claves, como el análisis del celular del exfuncionario 📱.
La viuda, Paula Maguiña, descarta totalmente esa versión. Declaró que tenían “planes a futuro” tras el juicio, lo que contradice la posibilidad de que Castro quisiera acabar con su vida. “No me puedo imaginar a mi esposo haciendo algo que lastime a sus hijos”, señaló con firmeza 💔.
Castro era pieza central en la investigación por los aportes de OAS y Odebrecht a las campañas de Villarán. Su testimonio podía resultar decisivo para confirmar la ruta del dinero. Ahora, su muerte levanta sospechas sobre un crimen para silenciarlo 🕵️.
El fiscal del caso, Richard Rojas, y la Policía siguen investigando, pero hasta el momento no hay sospechosos identificados. El misterio crece y la presión pública aumenta para que el Ministerio Público esclarezca si se trató realmente de un suicidio o de un asesinato planificado.
🔎 La gran incógnita sigue abierta: ¿quién quería callar a José Miguel Castro?
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