A menos de una semana para las elecciones presidenciales de Estados Unidos el próximo 5 de noviembre, la contienda entre Kamala Harris y Donald Trump se mantiene reñida y estratégica, concentrándose en los estados clave o “swing states” que serán decisivos para asegurar la Casa Blanca. Ambos candidatos despliegan esfuerzos para captar los votos de estos territorios, enfocando sus campañas en temas sensibles como el derecho al aborto y las políticas migratorias, aspectos cruciales para sus respectivas bases.
Según las encuestas más recientes, Harris ha conseguido un sólido apoyo entre el electorado joven, mientras que Trump continúa reforzando su respaldo en los estados de tendencia republicana. Los sondeos muestran un margen muy ajustado, lo que anticipa una jornada electoral con posibles giros en los resultados.
La expectativa crece en todo el país y a nivel global mientras se define el futuro liderazgo de Estados Unidos.