La ciudad confinada de Xi’an, en China, endureció este lunes los controles de covid-19 al nivel “más estricto”, prohibiendo incluso a los residentes conducir coches por la ciudad, en un esfuerzo por controlar el peor brote del país en 21 meses.
En ese sentido, a partir del lunes, no se permite la circulación de vehículos a menos que estén ayudando en las labores de control de la enfermedad, motivo por el que tanto la policía como los funcionarios de sanidad “inspeccionarán estrictamente” los coches.
Asimismo, todos los negocios no esenciales estarán cerrados y cada hogar sólo puede enviar a una persona a comprar artículos de primera necesidad cada tres días.